Osasuna cae ante el Girona, que se coloca líder provisional, en un partido loco dónde el doblete de Ante Budimir fue de lo poco rescatable del conjunto rojillo.
Comenzaba a rodar el balón bajo el chaparrón en El Sadar con un conjunto gironí con las ideas claras y volcados sobre el área de Sergio Herrera. Como contraparte, el conjunto rojillo aguantaba con firmeza los envites catalanes durante el primer tramo del partido.
Un cabezazo de Yangel Herrera que pasó por encima del travesaño del arquero mirandés de Osasuna desató los primeros murmullos en las gradas. Tras varios avisos más de la entidad del City Group, llegó el tanto a placer de Iván Martín a pase de Artem Dovbyk, gracias un gran contra iniciada por el jóven brasileño Savinho.
El club gerundense estaba demostrando el fútbol vertical que les caracteriza, llegando a campo rival con facilidad y haciendo gala de una salida de balón digna de enseñar en las escuelas de fútbol.
Los pamploneses reaccionaron tomando el control del balón y tras una gran jugada combinativa entre Aimar Oroz y “Chimy” Ávila el balón llegó al balcón del área dónde Moi Gómez ejecutó un remate raso que Gazzaniga logró repeler en primera instancia antes de que Ante Budimir remachara el esférico dentro de la portería. Con ese resultado y tras una vibrante primera mitad, Munuera Montero señaló el descanso.
Una vez reanudado el encuentro, los de Jagoba Arrasate continuaron en la misma tónica.
El “fútbol pacharán” volvió a desplegar sobre el tapete verde de El Sadar, enchiquerando al equipo revelación de LaLiga en su propia área.
Johan Mojica colocó un gran centro lateral al corazón del área del Girona, que el “Cisne de Zenica” culminó con un cabezazo espectacular en el minuto 10 de la segunda parte.
Los cambios del conjunto dirigido por Míchel surtieron el efecto esperado y transcurrido un minuto de la entrada de Tsygankov, su compatriota Dovbyk, tras ganarle la partida a David García, enviaba con la testa el balón al fondo de la meta local tras un increíble centro desde la banda de Miguel Gutiérrez.
Los blanc-i-vermells ganaron soltura en los minutos finales. En una jugada dónde la falta de solidez defensiva y la mala fortuna se hicieron presentes, el ucraniano Tsygankov remató un balón suelto en el área que venía de múltiples rebotes entre los zagueros navarros, desaparecidos durante todo el encuentro, que no lograron despejar el esférico. Los catalanes habían remontado cuando se estaba acercando el pitido final.
Otro centro lateral, de esos que tanto daño están haciendo a Osasuna en este comienzo de temporada, desencadenaba la estocada final a la entidad de la capital foral. Un remate picado de Aleix García, que no estaba siendo el jugador determinante que habitualmente suele ser, acabó siendo el último gol de un encuentro no apto para cardiacos.
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